El pasado 5 de mayo, Panamá eligió a Laurentino Cortizo del Partido Revolucionario Democrático, que con 33% de los votos, se impuso frente al derechista Rómulo Roux. Son las sextas elecciones generales que celebra el país centroamericano, tras la invasión estadounidense de 1989, que puso fin a la dictadura de Manuel Noriega. ¿Cuáles son los principales desafíos de la nueva administración? RFI conversó con varios expertos.
La victoria por estrecho margen no ofrecerá demasiado margen al nuevo mandatario que debe imperativamente mejorar la imagen del país, empañada por los repetidos escándalos de corrupción. Elemento que, a ojos de muchos expertos, habría pesado mucho en los resultados electorales, es decir la victoria de Cortizo y la derrota del candidato derechista.
Otra de las tareas que podrían recaer sobre Cortizo, sería la revisión de los tratados comerciales, guardando al mismo tiempo tiempo un delicado punto de equilibrio entre Washington y Pekín. Sin olvidar sus promesas electorales en materia educacional que le permitieron sumar sufragios durante la campaña.
Entrevistados : Fernando Correa, periodista de nuestra radio asociada, KW Continente, de la ciudad de Panamá, Patricia Krause, economista de COFACE y autora de un informe sobre Panamá, Andrey Hernandez, especialista de Centro América, en el Instituto de Altos Estudios de América Latina en Paris.
6/13/2019
11:15
En un entorno adverso, América Latina necesita invertir en infraestructuras
Horas perdidas en los transportes para ir o regresar del trabajo, días de carretera para llevar los productos hasta un puerto de embarque. Son problemas recurrentes en América latina que tienen un costo significativo sobre la economía regional, que si bien no son simples de cifrar, es evidente que condicionan sus perspectivas de desarrollo. Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo recomienda precisamente más inversión en infraestructuras.
En promedio, el BID calcula que el costo de no añadir capital nuevo a la infraestructura de los países de la región equivale a alrededor un punto porcentual de pérdida de crecimiento del PIB. Mayores inversiones en infraestructuras, mejor orientadas, podrían elevar los niveles de crecimiento, indica el el informe del Banco Interamericano de Desarrollo.
La falta de una mayor inversión en infraestructura perjudica especialmente a los sectores más pobres, porque dedican una mayor parte de sus ingresos a estos servicios.
En su informe, el BID recomienda cerrar la brecha de infraestructura mediante una mayor y mejor inversión pública y atrayendo a más financiación privada, como fondos de inversión o fondos soberanos.
Hasta ahora, los países han buscado mejorar sus respectivas infraestructuras de tráfico, comunicación y energía. Pero la rápida evolución y la volatilidad del entorno exigen un cambio de paradigma: solo las infraestructuras conectadasde forma inteligente y masiva serán una base sólida para el crecimiento futuro.Un ecosistema interconectado es la base ineludible para nuevos modelos de negocios, que beneficien tanto a los ciudadanos e impulsen el desarrollo sostenible de la economía.
Las infraestructuras no solo es una cuestión de financiación, sino también de gestión y gobernanza, que solo pueden emanar de estados fuertes, que gocen de los medios para hacerlo y además estén preparados para la revolución tecnológica.
Entrevistado: Agustín Aguerre, gerente de infraestructura y energía del BID
5/31/2019
10:01
Urge actualizar la fiscalidad de la economía digital
Mientras la tecnología viaja a velocidades supersónicas, la legislación tributaria avanza con pies de plomo. Sin duda, la aparición de la economía digital ha brindado nuevos servicios a buen número de ciudadanos y beneficios para muchas compañías. Pero al mismo tiempo plantea un reto a sistemas tributarios obsoletos que aún siguen en vigencia.
La comunidad internacional ha acordado debatir cambios de las reglas fiscales, que determinan en qué país deben pagar los impuestos las multinacionales, en función del lugar donde desarrollan su negocio, adaptándolas a esta nueva realidad impuesta por la economía digital.La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), encargada de enmarcar el debate, se reunió esta semana con el objetivo de fijar un programa de trabajo.
SI bien como lo reconoce el propio secretario General, Angel Gurría no se ha avanzado lo suficiente en la materia: "Lo digo con toda autoridad, porque somos nosotros quienes estamos encabezando el esfuerzo, pero estamos a tiempo y en calendario. Ya tenemos elementos, en cuanto a reconocer que hay ciertos servicios y comercios intangibles, que escapan al tradicional sistema de recaudación tributaria. Puesto que no tienen una presencia física aunque hacen billones de cifra de negocios, pero la hacen desde países vecinos o del otro lado del atlántico. Hay que rediseñar y revisitar una serie de conceptos, como concentración de mercado, competencia, protección del consumidor y por supuesto, fiscalidad."
La OCDE presentará próximamente un informe con la perspectiva del G20 de junio en Fukuoka Japón y el G7 de julio próximo en Chantilly, Francia.
Como lo ha asegurado el ministro francés de economía y finanzas Bruno Le Maire, la adaptación del sistema fiscal internacional es una de las prioridades de la presidencia francesa del G7 este año. Una nueva fiscalidad digital que podría ofrecer a los estados suficiente margen de maniobra en materia de inversión social para, precisamente, afrontar esta cuarta revolución.
La actualización del sistema fiscal internacional es por definición un problema transnacional, que en consecuencia exige consensos globales, difíciles de conseguir, pero sobre los cuales la comunidad internacional ya está trabajando.
Entrevistados: Andrea Costafreda directora de programas para América Latina de Oxfam Intermón, Pablo Ferreri, subsecretario de economía de Uruguay y Angel Gurría, secretario general de la OCDE.
5/29/2019
11:27
A Europa le faltan baterías
Francia y Alemania anunciaron hace unas semanas, un proyecto a escala europea, para la fabricación de baterías destinadas a los vehículos eléctricos. Iniciativa que busca cerrar la brecha con China. Estos dispositivos son una pieza clave para la nueva generación de vehículos, pero su fabricación está básicamente concentrada en manos asiáticas.
Un proyecto de entre 5.000 a 6.000 millones de euros que cuenta con una subvención pública de más de mil millones, aprobada por la Comisión Europea, a la que se agregarían 4.000 millones de fondos privados.
Como explica a RFI, Pedro Fresco experto energético y autor del libro "El futuro de la energía en 100 preguntas": "La tecnología de las baterías eléctricas ya es funcional y los coches eléctricos perfectamente viables"
Varias empresas europeas y habrían mostrado interés en sumarse al consorcio, entre las cuales el grupo automovilístico PSA (Peugeot-Citroën) y el fabricante francés de baterías Saft, perteneciente al grupo Total.
Bruselas podría dar luz verde a las subvenciones públicas antes de que concluya el mandato de la actual Comisión, es decir en octubre próximo.
Europa espera recuperar el tiempo perdido, especialmente con los países asiáticos, China fundamentalmente, al parecer Europa se ha dormido un poco sobre sus laureles.
Para el experto Jorge Morales el escándalo Diésel fue determinante: Europa es líder en la fabricación de vehículos Diésel y es lo que ha promovido, prácticamente hasta que ocurrió el escándalo Diésel. Nos hemos dormido un poco en los laureles y cuando nos dimos cuenta que el futuro del coche era eléctrico, en China ya estaban fabricando coches y baterías.
Entrevistados: Pedro Fresco, experto energético, autor del libro "El futurode la energía en 100 preguntas" y Jorge Morales, ingeniero y director de "Próxima energía".
5/13/2019
10:28
El futuro del trabajo está en juego
El mundo laboral no escapa a los efectos sumados de la digitalización y el envejecimiento de la población. Los acelerados progresos tecnológicos, sumados a una mayor esperanza de vida, ya han cambiado las reglas del juego y sus efectos serán aún mayores en los próximos años. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, acaba de publicar un informe sobre el tema.
Según una idea bastante difundida, en un futuro muy cercano, esencialmente por culpa de los robots, se acabará el trabajo; hipótesis que para los expertos solo es una caricatura. Si bien se trata de un cambio radical del paradigma laboral, asistimos más bien una transformación, que podría incluso convertirse en oportunidad, a condición de preparar una transición que ya se halla en curso.
Paolo Falco, economista del mercado laboral de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, resume para RFI:
"El gran tema que se desprende de este informe es la desigualdad: la diferencia entre trabajadores contractuales y precarios, es una de las diferencias que más nos preocupa y que toca diferentes aspectos. Los precarios tienen menos acceso a la formación, a la seguridad social, a los derechos de la negociación colectiva de los sindicatos. Es necesario evitar esas brechas, ese es el mayor desafío en el futuro del trabajo. Si no lo hacemos, como sucede en algunos casos, veremos países cada vez más divididos entre los que ganan y los que pierden. Si el grupo de los perdedores sigue creciendo, la sostenibilidad de las sociedades en que vivimos será mucho más difícil."
40% de los empleos creados entre 2005 y 2016 han sido en los sectores donde la digitalización ocupa un lugar importante, 60% de los trabajadores altamente calificados reciben formación, contra solo un 20% de los trabajadores poco calificados, son algunos indicadores que deberían orientar una reflexión sobre el tema.
Otro aspecto que destaca el informe son las tasas de sindicalización que han caído sensiblemente en los países industrializados, por ejemplo en Alemania de 35% en 1985 a 17% en 2016, disminuyendo así su capacidad de negociación. En momentos en que esta es más necesaria que nunca, para afrontar de la mejor manera los nuevos retos.
La desregulación del mercado laboral ha traído como consecuencia una división creciente entre los trabajadores integrados al sistema que contribuyen y benefician de los mecanismos de protección social, incluida la formación, y un sector creciente de trabajadores precarios excluido del sistema y que prácticamente no beneficia de garantías.
Entrevistado: Paolo Falco economista del mercado laboral de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE.