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  • Colombia: Las tierras del norte del Cauca, laboratorio de la Reforma Agraria
    Episodio 1: No hay tierra pa’ tanta gente Indígenas, afros, campesinos y cañeros están enfrentados por las tierras planas del departamento colombiano del Cauca donde convergen grandes haciendas, minifundios, territorios de comunidades negras y resguardos. Un laboratorio en el que se pone a prueba la Reforma Agraria, pilar de la Paz Total que abandera el primer gobierno de izquierda en la historia del país.Reportaje de Angélica Pérez, enviada especial de RFI  “Si logramos la paz en el norte del Cauca, logramos la paz en todo el país” aseguró en   noviembre de 2022 Alfonso Prada, entonces ministro del interior y portavoz del gobierno, durante los Diálogos Regionales Vinculantes celebrados en el municipio de Santander de Quilichao.En esa suerte de Ekklesia griega que el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez impulsaron por todo el país, unas 3. 000 personas, venidas de los 13 municipios del norte del Cauca, se sentaron a armar entre todos un rompecabezas a simple vista irresoluble: el destino de su territorio en tensiónLas voces también se cruzaron dejando entrever un conflicto local de vieja data e ignorado por el resto del país: el enfrentamiento entre indígenas, afros, campesinos y cañerospor el acceso a las tierras planas del norte caucano, la región del departamento en donde más comparten territorio.“Hoy no podemos tapar el sol con un dedo. Hay un conflicto interétnico, un conflicto con sectores empresariales. Y no podemos permitir que terminemos agrediéndonos entre hermanos, entre pueblos, entre comunidades. Al final, todos hemos vivido la marginalidad” afirmó desde la tribuna Francia Márquez.Y es que ella, la vicepresidenta de país, nació en La Toma, un corregimiento del norte del Cauca habitado por la comunidad negra desde que se abolió la esclavitud. Y olvidado por el Estado colombiano durante los 150 años que nos separan de esa fecha. Frente a cientos de negros como ella y de indígenas, Francia Márquez exhortó a plasmar una ruta que les permita a todos convivir “porque, como ustedes dijeron, del Cauca no se va nadie. Aquí nos quedamos todos”.    Pocos con mucha tierra, muchos sin tierraMosaico de identidades y de conflictos interétnicos e interculturales, el norte del Cauca también padece la presencia de todos los actores armados: la guerrilla del ELN, disidencias de las FARC, grupos criminales llamados pos FARC y varias bandas de paramilitares al servicio del narcotráfico y de los grandes intereses económicos.  56 mil hectáreas de las tierras más productivas del Norte del Cauca están sembradas con caña de azúcar, desde grandes propiedades de más de 800.000 hectáreas hasta algunas de apenas 5000 hectáreas pertenecientes a pequeños propietarios, negros indígenas o campesinos, que se asocian para venderle la caña a los grandes ingenios. Además de seruno de los departamentos con mayor pluralidad étnica, variedad de organizaciones sociales y biodiversidad del país, Cauca presenta una concentración de la tierra más alta que el promedio nacional y sus problemas son más viejos que el mismo surgimiento de la República.   Los problemas rurales de Colombia están en el Cauca centralizados y maximizado. Son problemas que tienen 400 años” sostiene Edwin Novoa, experto en tierras de la Asociación Ambiente y Sociedad. El investigador explica que se trata del único departamento del país en el que confluyen los dos sistemas selváticos, la Amazonía y el Pacífico, mientras que su región norte corresponde a la región montañosa andina. Pese a la riqueza productiva de la tierra caucana, Novoa advierte que muchas de esas tierras no están jurídicamente disponibles bien sea porque se preservan para una función ecológica o porque entre un 30% y 40% de esas tierras productivas están ocupadas por los ingenios azucareros.La falta de acceso a tierras productivas ha ido gestando unos conflictos entre las comunidades que componen el inmenso abanico étnico, cultural y social del norte del cauca. Conflictos que saltaron a los titulares de prensa en 2022 cuando el primer gobierno de izquierda de Colombia echó a andar La Reforma Agraria, esa enorme deuda histórica del Estado colombiano con las zonas rurales del país. Tanto los indígenas, habitantes originarios del país, como los negros descendientes de africanos traídos como esclavos durante la conquista, consideran a las tierras planas del Cauca su territorio ancestral. Cada uno reclama 150 mil hectáreas para sus comunidades. ¿Hay tierra para tanta gente en el Norte del Cauca? No, responde CarlosArturo Duarte, investigador en desarrollo Rural y ordenamiento territorial en el Centro de Estudios Interétnicas de la Universidad Javeriana de Cali.  “Los 13 municipios del norte del Cauca hacen unas 350 mil hectáreas que fácilmente equiparan la necesidad de tierra” dice Duarte y agrega: “Por eso se ha creado la idea de que para solucionar el problema de tierras en el norte del Cauca habría que crear un segundo o tercer piso”.La tensión territorial se ve agravada por la concentración de la propiedad. “Estamos hablando de un índice de Gini, que es la medida a través del cual se mide la desigualdad, cercano a 0,88. Teniendo en cuenta que 1 es la desigualdad total, es decir que una sola persona es propietaria de todo, pues en el norte del Cauca claramente tenemos pocos propietarios que tienen gran extensión de tierra, es decir terratenientes, y muchos propietarios con poca tierra”La trampa del conflicto interétnicoParadójicamente, las tensiones territoriales tomaron un matiz étnico y cultural a partir de la vanguardista Constitución de 1991 que, si bien revitalizó las etnias, les concedió derechos a escala diferente. “Los indígenas tienen una protección reforzada, los afrocolombianos, menos. Y los campesinos casi no la tienen desarrollada. Con la Constitución del 91, el campesinado pasó de ser el sujeto privilegiado de las reformas agrarias en el siglo XX a sujeto invisibilidad y marginado” afirma el experto.“Colombia fue las primeras constituciones multiculturales, pero por eso mismo se diseñó de una manera a rajatabla, respecto a la identidad” explica Duarte. ¿Por qué? Porque en ese momento venían de un proceso de negación y estigmatización a estas identidades étnicas. El resultado hoy es que “afrocolombianos, pobres, trabajadores pobres, indígenas vulnerados, campesinos sin tierra, terminan enfrentándose entre ellos por un sistema que les da derechos con alcances diferentes”“No caigan en la trampa de un conflicto interétnico local. Que tiene su razón, sí. ¿Cuál es la razón? La tierra. Claro, pero si la tierra es la causa y nos matamos entre nosotros, se está matando el pueblo” En sus visitas al norte del Cauca, el presidente Gustavo Petro ha aguijoneado a indígenas y negros por permitir que sus diferencias sean matizadas por poderes que obtienen con ello réditos políticos y económicos. Según el mandatario colombiano el mensaje de aquellos que atizan la matanza es “no piensen en el cambio, no piensen en el poder. No miren el poder nacional. Y mátense entre ustedes. Masácrense”.      
    22.5.2023
  • Los maravillosos genes del ajolote mexicano, en peligro de extinción
    El ajolote es un anfibio endémico de la zona lacustre de Xochimilco en la Ciudad de México. Sus miembros amputados se regeneran sin problema por lo que es de un interés científico enorme. Tiene cola, patas. Nada y camina. Tiene una cara redonda y parece que siempre sonríe. Desafortunadamente está en peligro de extinción. En la cuenca lacustre del Valle de México, desde hace más de 300 millones de años, un día más, un día menos, habita un anfibio fascinante llamado axolotl o ajolote, que en náhuatl significa “monstruo del agua”. Y hace más de 2.000 años, en ese lugar, los primeros pobladores crearon islas artificiales llamadas chinampas y consideraron al ajolote un animal sagrado, hermano del dios Quetzalcóatl. Los anfibios, como los ajolotes, fueron los primeros seres vivos que salieron del agua y pisaron con cuatro patas la Tierra; son muy anteriores a los dinosaurios. En México hay 17 especies de ajolotes que viven en humedales y todo tipo de cuerpos de agua. La doctora Olin Olivia Rodríguez Sánchez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que de las 17 especies que existen en México, cuatro son neoténicas, es decir que no pasan por el proceso de metamorfosis y se quedan en el agua toda su vida. Todas las especies de ajolotes tienen pulmones y branquias. Cuando hay sequía, los ajolotes pierden las branquias y se convierten en salamandras, pero el Ambystoma Mexicanum, endémico de la actual Ciudad de México, nunca se transforma en salamandra: siempre vive en el agua y conserva su forma larvaria desde el nacimiento hasta la muerte. En su carita siempre hay “una sonrisa” que lo hace muy simpático y en él se inspiraron los creadores del Pokemón Upah.Asombrosa capacidad de regeneraciónLa capacidad de regeneración de tejidos del ajolote es impresionante. El doctor José Antonio Ocampo, profesor investigador delCentro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), de la UAM, comenta que “el ajolote regenera rápidamente y por completo cualquier miembro amputado, lesiones en corazón, pulmones, sistema nervioso y médula espinal. En la UAM campus Xochimilco y Cuajimalpa se analizan los genes del ajolote para usarlos en tratamientos contra el cáncer”. Por su parte, el doctor Fernando Gual, director del Zoológico de Chapultepec y del Museo Anfibium, agrega que “Una herida de ajolote sana en ocho horas. En la lesión se forma una bolsita llena de células madre que regeneran la zona en cuestión de días. El blastoma en la parte amputada y con células madre regeneran hueso, nervios, músculos y piel. El material genético del ajolote es 10 veces mayor al de los humanos y ahí está la clave que se estudia en todas las universidades públicas y centros de investigación mexicanos buscando cura para el cáncer y el Alzheimer”.“Aquí en el Anfibium, Museo del Ajolote y Centro de Conservación de Anfibios (inaugurado apenas el 23 de enero de 2023), estudiamos la hematología del ajolote y descubrimos que tiene los eritrocitos (glóbulos rojos) más grandes del mundo animal, mucho mayores a los humanos”, prosigue. Sin embargo, los estudios están en fase experimental y aún no se han podido aplicar a la medicina humana.Peligro de extinción“Actualmente hay más ajolotes en zoológicos y en acuarios que en Xochimilco” afirma el doctor Gual. Xochimilco fue declarado patrimonio de la UNAM por la UNESCO y la zona ecológica protegida tiene 2.500 hectáreas.Anfibium, en el Zoológico de Chapultepec, alberga especies del Valle de México, Pátzcuaro, Toluca, Lerma y Zacapú (Michoacán), todas ellas en peligro de extinción. “La contaminación de las aguas por basura, agroquímicos, así como la introducción al lago de Xochimilco de peses como la carpa y la tilapia, han llevado al ajolote al borde de la extinción”, subraya el doctor Ocampo. “Los peces nativos de Xochimilco ya no existen, se extinguieron hace 80 años, así como las almejas”, cuenta el biólogo mientras mira fijamente el agua oscura del canal en Cuemanco. Y cuando se le pregunta si piensan liberar a los ajolotes adultos que tienen, contesta: “No, porque el agua está muy contaminada y no podríamos hacer un seguimiento, que para nosotros eso es lo más importante. Tal vez en un futuro, si se dan las condiciones lo haremos”.¿Ajolotes medicinales?Román Zamora, un taxista, recuerda que cuando era niño, en los años 60, “el agua era tan cristalina y limpia en los canales de Xochimilco que veíamos los peces, los ajolotes y el fondo del canal. A los mercados llegaban personas con pececitos y ajolotes en una cubeta con agua y los vendían como mascotas. Los pobres animales se morían al tercer día porque no les dábamos la comida correcta. También recuerdo que en Xochimilco se hacían tamales de ajolote y hasta había un jarabe para la tos”.El doctor Ocampo explica que hasta hace 50 años en Xochimilco se preparaban muchos alimentos con ajolotes porque abundaban y eran parte de la dieta diaria como tamales, caldos revitalizadores y el famoso jarabe de ajolote contra la tos. “Afortunadamente ya no se preparan aunque aún hay un jarabe que conserva el nombre ‘Ajolotiux’, que es menta, propolio y miel, pero ya no llevan ajolote”, señala el jefe del Proyecto CIBAC.Las monjas ajoloteras La doctora Olin Olivia Rodríguez Sánchez, de la UAM, conoce desde hace mucho tiempo a Sor Ofelia, monja del Convento de Pátzcuaro, Michoacán, que es una experta en el cuidado de los ajolotes. Las religiosas tienen un criadero certificado reconocido por las autoridades y ellas sí elaboran un jarabe de Achoque (ajolote) para la tos.  “Creo que ellas [las monjas] son las personas que más saben sobre el cuidado de ajolotes; de hecho, ellas nos han dado consejos de qué hacer cuando se enferman nuestros ejemplares, cómo atenderlos. Ellas manejan una colonia de una especie que es pariente de la de Xochimilco. Nunca nos han revelado la receta de su jarabe para la tos con ajolotes que es muy popular y codiciado. Ese es un secreto que guardan celosamente”, confía la doctora Rodríguez.¿Funciona este járabe? “La gente le tiene mucha fe y como está hecho en un convento, pues tiene ayuda divina” responde divertido el doctor Ocampo. El doctor Fernando Gual afirma que probablemente además de la miel, las hierbas expectorantes y el propolio, el secreto está en el moco que recubre la piel de los ajolotes que es antibiótico.No sólo el ajolote en peligroLa doctora Rodríguez advierte que la mala calidad del agua afecta de sobremanera a los ajolotes ya sea por detergentes, agroquímicos, insecticidas, etc., pues absorben todo por medio de la piel. “La piel del ajolote es más permeable a los contaminantes que la humana, que está protegida por queratina. Actualmente nos enfrentamos a un hongo que ya afecta a anfibios en todos los continentes. Se llama Quítrido (Batrachochytrium dendrobatidis). Los anfibios dependen de la piel para respirar, para vivir. En Anfibium estamos desarrollando y aplicando pruebas de PCR para todo tipo de anfibio y así monitorear y combatir el hongo”, enfatiza el doctor Gual.El ajolote ayuda a mantener un equilibrio ecológico impidiendo que gusanos y moscos se vuelvan una plaga. Al proteger el hábitat de los ajolotes, protegemos a 138 especies más de vertebrados, aves, reptiles, anfibios y mamíferos. “Mi casa es tu casa. Si cuido la casa del ajolote cuido la mía” concluye el doctor Fernando Gual.
    11.5.2023
  • La pobreza empuja a cada vez más estadounidenses a vivir en la calle
    En Estados Unidos, el 65% de los ciudadanos no tiene capacidad de ahorro. Están expuestos a "quedarse en la calle" frente a cualquier imprevisto: la muerte de un familiar, un accidente de salud, el alza de impuestos o una inflación récord como vive el país obliga a muchos a endeudarse o a buscar otras fuentes de financiación. De hecho, al menos 29 millones de estadounidenses tienen dos o más trabajos. A estas personas se les llama "working poor" o "nuevos pobres", porque aunque logren  pagar su techo, no tienen tiempo ni dinero para descansar, alimentarse bien y pagar seguro médico, unas condiciones que se parecen a la pobreza. En McPherson Square, parque público a dos cuadras de la Casa Blanca, hasta hace muy poco estaba uno de los 95 campamentos de personas sin techo en Washington. Micro comunidades en la ciudad que han aumentado casi un 40% desde el 2020 y que llaman la atención de los turistas que visitan la capital estadounidense. Washington tiene 671.000 habitantes según el último censo y al menos 4.400 personas están sin techo cada noche. Un número que la Alcaldía calcula una vez al año durante el invierno, pero que es cuestionado por organizaciones sin ánimo de lucro que dicen que la cifra podría ser el doble. "Estamos siempre en modo supervivencia, tenemos que pensar siempre cómo vamos a comer, dónde nos vamos a bañar, dónde vamos a ir al baño, cómo protegernos, asegurarnos que no nos roben, descansar. Así, todos los días", dice Carlos Carolina, quien vivió en las calles de la ciudad más de siete años. Según él, esta realidad es tan difícil que entiende por qué muchos terminan buscando escapes a través de drogas y otros vicios: "Necesitan una forma de abstraerse de la realidad y de la imposibilidad de romper ese ciclo'', estima.Andre Hunter, otro habitante de la calle, cuenta que durante 11 años, él y su novia se despertaban a las cinco de la mañana para hacer domicilios de comida usando aplicaciones como Doordash o Ubereats para reunir suficiente dinero y pagar su habitación de hotel antes del check-out diario.. "Todo esto está teniendo un efecto en mi salud mental. No puedo planear nada, no puedo pensar en un futuro con mi novia", cuenta Andre Hunter, irrumpiendo en llanto al ver a su novia llegar de hacer un domicilio vestida de hombre y montada en una patineta eléctrica. La noche anterior les habían robado todas sus pertenencias en la carpa donde duermen y la única opción para vestirse era con ropa de segunda que ofrecía una iglesia cercana a Dupont Circle, un barrio pudiente de la ciudad. "Mucha gente asume que ser habitante de la calle es ser perezoso, pero hay que trabajar mucho más para lograr suplir sus necesidades cuando se está en la calle. Muchas veces la supervivencia se termina convirtiendo en su principal ocupación, como me pasó a mí", dice Reginald Black, que vivió más de una década en la calle y ahora es director de promoción de la organización Fairness Coalition que defiende los derechos de las personas sin techo. Elevado precio de la viviendaLa pobreza viene con costos asociados muy altos y evitarlos es cada vez más difícil en Estados Unidos. Uno de los factores que más influye en el número de personas quedándose sin techo es el elevadísimo precio de vivienda. El alquiler de un apartamento de un cuarto en ciudades como Nueva York, San Francisco o Washington ha superado los 3.000 dólares al mes, aumentando un 30% en comparación con los precios del 2021."El precio de vivienda es exagerado en Washington y muchas personas se están dando cuenta que no pueden pagar sus alquileres y que necesitan algunos subsidios o ayuda. Además, la privatización constante de la vivienda pública hace parte del problema", explica Reginald Black, agregando que recientemente perdieron más de 60.000 viviendas públicas destinadas a los afroamericanos dada la privatización de edificios en la ciudad. Parte del problema es la escasez de vivienda disponible y una demanda creciente dado que  muchos estudiantes y profesionales regresaron a las principales ciudades después de la pandemia. El retorno a las grandes ciudades sube los precios de los alquileres. En algunas ciudades como San Francisco, la legislación local no permite la construcción de edificios en algunas zonas residenciales de la ciudad. Esto profundiza la escasez de vivienda y dispara los precios de los apartamentos disponibles. Por otro lado, cuando los constructores convierten casas o edificios viejos en complejos de vivienda moderna, no solo suben el alquiler sino también los impuestos de los inmuebles cercanos. El alza impositiva tiene un efecto dominó para los vecinos que son obligados a pagar más por sus propiedades. En barrios de minorías latinas o afroamericanos, donde más ocurre la gentrificación, muchos terminan vendiendo sus propiedades desplazados por el mercado. "Yo no tengo problema en que ellos [los constructores] ganen plata, pero debe haber algún tipo de regulación para evitar que las personas resulten en la calle o tengan que vender sus casas", comenta Reginald Black. "Working poors" o "nuevos pobres"El 65% de los estadounidenses vive con lo justo para pagar sus gastos mensuales, es decir, no tiene capacidad de ahorro. Una situación que los deja muy expuestos y cualquier imprevisto de salud, una separación, la muerte de algún familiar, un incremento en el alquiler o una inflación disparada tiene graves consecuencias financieras. Por lo tanto, muchos optan por buscar otro trabajo y endeudarse  para no terminar en la calle. Según la Reserva Federal, al menos 26,5 millones de personas en Estados Unidos tenían dos trabajos en 2019. Sin embargo, la cifra puede ser mucho mayor si se cuentan los inmigrantes indocumentados y aquellos que hacen trabajos temporales. A este creciente grupo de ciudadanos Zygmunt Bauman los llamó "nuevos pobres". En Estados Unidos los llaman "working poor, porque aunque trabajen largas horas al día para poder pagar un techo y sus necesidades básicas, viven bajo pésimas condiciones que se parecen a la pobreza que tanto trabajan para escapar. Cammy Viola, de 23 años, se graduó de Ciencias Políticas en Ithaca College en Nueva York y hoy trata de sobrevivir en Washington con dos empleos. Trabaja como diseñadora gráfica y es barista en un café. Trabaja de las 8:30 de la mañana a las 11:30 de la noche y gana cerca de 3.000 dólares al mes. Su horario no le permite dormir ni alimentarse bien y se enferma con frecuencia, teniendo que destinar 400 dólares al mes para sus gastos en medicinas. Suma no menor teniendo en cuenta que paga 1.500 dólares de alquiler por un apartamento compartido. "En realidad, como mucho arroz con huevo frito. Como casi todos los días lo mismo. Es lo más barato y es delicioso. Pero mi salud definitivamente ha empeorado desde que me mudé a Washington", cuenta Viola, que tiene un presupuesto semanal de 80 dólares para su comida.Aumento de los preciosEn el último año, los precios de los productos y servicios básicos en Estados Unidos crecieron 7,1% (base noviembre). La gasolina subió 65,7%, la comida 12%, los servicios 15% y el transporte público cerca del 14%. Este aumento de precios ha significado que cada hogar estadounidense pague mensualmente 460 dólares más para vivir como lo hacía hace un año. Pero pocos logran ajustar sus bolsillos teniendo en cuenta que los salarios no han crecido al mismo ritmo que la inflación récord que vive el país. El incremento salarial promedio en el último año ha sido de 4,9% para los 160 millones de estadounidenses que están en la fuerza laboral. El 48% de los trabajadores afirma que sus salarios se han mantenido sin cambios en el transcurso del año a pesar de la inflación y solo el 14% dice que sus ganancias crecieron a la par o por encima de la inflación en ese mismo período, resalta Lending Club Corporation.  Durante las últimas cuatro décadas, Estados Unidos ha experimentado una crisis salarial en cámara lenta y la inflación la profundiza. Desde 1979, el crecimiento del salario medio se ha desacelerado considerablemente, con las caídas más pronunciadas para la clase media y clase baja, señala el Economic Policy Institute. De hecho, desde 1979 hasta el presente, el crecimiento promedio cayó al 0,7% anual. Aumentos salariales muy por debajo a los aumentos inflacionarios que hoy se registran en la economía del país.Para el 2020, las familias afroamericanas tenían un ingreso familiar promedio anual cercano a los 41.000 dólares, mientras que las familias blancas tenían un ingreso de más de 70.000 dólares. Sin embargo, los efectos de la inflación, de los altos costos de vivienda y de los salarios estancados han tenido mucho más efecto en las minorías afroamericanas, latinas y de color en Estados Unidos. Así lo resaltan varios estudios de Bank of America, uno de los bancos más grandes del país.Para Reginald Black, antes había una discriminación racial, ahora hay una "discriminación por ingreso" que afecta aún más la minoría afroamericana: "Lo que vemos ahora es una segregación vertical o de clase porque si no estás logrando cierto nivel de ingreso, vas a tener que pagar más del 50% de tu salario solo en vivienda, una situación insostenible".Las personas que se identifican como negras constituyen el 13,6 % de la población total de Estados Unidos (333 millones), pero son el 37 % de todas las personas sin techo en el país (582,462 personas). Por otro lado, los habitantes de la calle que se identificaron como hispanas aumentó un 16% entre 2020 y 2022, según el informe anual de evaluación de personas sin techo del 2022 publicado por el Departamento de Vivienda y Urbanismo.Menos necesidad de mano de obraEs poca o nula la asistencia que reciben los estadounidenses en salud, educación, vivienda o servicios básicos a pesar de pagar altos impuestos (en muchos estados es de hasta un 30% entre tasas federales y estatales). Según el sociólogo Zygmunt Bauman, parte del problema es que la alianza entre la empresa privada y el Estado, que antes era beneficiosa para las dos partes, perdió vigencia por la globalización y la automatización. Hoy las empresas ya no necesitan del Estado para crear y cuidar una fuerza laboral y no ven el retorno de sus impuestos. "Entre sus numerosas funciones, el Estado benefactor vino a cumplir un papel de fundamental importancia en la actualización y el mejoramiento de la mano de obra como mercancía: al asegurar una educación de buena calidad, un servicio de salud apropiado, viviendas dignas y una alimentación sana para los hijos de las familias pobres, brindaba a la industria capitalista un suministro constante de mano de obra calificada (algo que ninguna empresa o grupo de empresas podría haber garantizado sin ayuda externa)", escribe Zygmunt Bauman en su texto Trabajo, consumismo y nuevos pobres.Los ingresos de las empresas dejaron de girar en torno de la producción de más bienes, por ende requieren menos mano de obra, menos empleados. "Hoy los negocios se miden por el valor de sus acciones y dividendos antes que por el volumen de su producción. La función de la mano de obra es cada vez menor en el proceso productivo mientras aumenta, al mismo tiempo, la libertad de las empresas en sus emprendimientos multinacionales", dice Bauman. Además, la mano de obra es cada vez más fácil de reemplazar por máquinas y/o por la tercerización del trabajo en países donde es más barato contratar empleados y que ofrecen grandes beneficios tributarios a la inversión extranjera. La globalización facilita la tercerización de la mano de obra y el flujo de capitales favorece la elusión tributaria de grandes empresas como Nike, Fedex, Salesforce, y otras 50 empresas más que no pagaron impuestos a la renta en Estados Unidos en el 2020. "AI desaparecer las ventajas de financiar la educación y la reproducción de mano de obra (mano de obra que muy difícilmente la industria vuelva a necesitar), los empresarios de la nueva era, si bien se les pide que compartan los costos de los servicios sociales, hacen uso de su nueva libertad para llevarse a otros países, menos exigentes, su dinero y sus empresas", agrega el sociólogo. En consecuencia, los gobiernos que insisten en mantener intacto el nivel de beneficios se ven acosados por el temor a una "catástrofe por partida doble": la multiplicación de los desempleados y el masivo éxodo de capitales que resulta en menos impuestos y fuentes de ingreso para el fisco.Un futuro inseguroEn Estados Unidos, donde se defiende enérgicamente la libertad de empresa y la innovación, "las personas no están empezando nuevos negocios porque no tienen esa seguridad económica que necesitan para poder tomar el riesgo de emprender, y tampoco disponen del capital necesario para empezar", dice Annelies Goger, doctora en Economía y especialista en temas de pobreza y desigualdad para Brookings Institute. La economista agrega que hay costos muy altos para la sociedad cuando no le damos a los ciudadanos ese fundamento básico de seguridad económica que necesitan para dar el primer paso.Una de estas consecuencias es que la mitad de los jóvenes adultos en Estados Unidos, de entre 18 y 29 años, siguen viviendo con sus padres por los altos precios de alquiler de vivienda. Así lo revelan datos recientes de la Oficina de Censo de Estados Unidos. Jóvenes que se lo piensan varias veces antes de casarse, formar hogar y tener hijos, contribuyendo al problema demográfico de la población estadounidense que cada vez envejece más."Ahora estamos viendo muchas mujeres que por los altos costos de las guarderías dejan sus trabajos para quedarse en sus casas cuidando a sus niños mientras su esposo trabaja", comenta Joseph Leitmann Santa Cruz, CEO y director ejecutivo de Capital Area Asset Builders. En Estados Unidos, no hay licencia de maternidad remunerada y el costo de las guarderías en algunos lugares es apenas un poco menor al salario promedio que reciben muchas. Una realidad económica con tinte machista que empuja a las mujeres a sacrificar su futuro profesional por quedarse en la casa.El burn out y la salud mental de muchas personas también están en juego. Tener dos trabajos, dormir mal, no alimentarse bien, sacar poco tiempo para descansar o construir lazos sociales incrementa la soledad que encuentra desahogo en nuevos vicios o demandas de entretenimiento cada vez más intensas o "detox" permanente."Si no estuviera haciendo esto podría dedicarle mucho más tiempo y energía a mi otro trabajo y darle toda mi atención. Podría crecer más como diseñadora gráfica y escritora, enfocarme en lo que hago porque ahora voy en muchas direcciones y es difícil concentrarme", lamenta Cammy Viola.No es muy alentador para la sociedad de un país que lucha por mantener su posición hegemónica en el mundo que el futuro de muchos jóvenes como Cammy se aplace cada vez más por las obligaciones del día a día. Y que para los adultos mayores como Ruth Portillo, salvadoreña y madre cabeza de familia, no haya vejez tranquila porque tendrá que trabajar hasta su último día para asegurarse un techo y comida. Algunos analistas se arriesgan a decir que se trata de una esclavitud moderna porque se trabaja de sol a sol únicamente para sobrevivir. Y a los que no trabajan, les espera el abandono social y económico. 
    4.4.2023
  • La Amazonía profunda de Colombia, a la espera de una política eficaz contra la deforestación
    La tala de árboles gana terreno en la selva amazónica colombiana. Según la ONU, la deforestación guillotinó más de 7.000 kilómetros cuadrados del "pulmón del planeta" en el último lustro y el problema es una prioridad para el gobierno de Gustavo Petro quien pide un fondo internacional de emergencia. Una ayuda reclamada con fuerza en los confines del país, como en la ciudad amazónica de Leticia, donde estuvo RFI. La ciudad de Leticia se encuentra en la región llamada de las «tres fronteras», casi en el vértice exacto entre Colombia, Brasil y Perú. Y a un poco más de 10 kilómetros del centro, en medio del bosque, vive la comunidad indígena Murui. Desde la carretera principal se demora unos veinte minutos, y una vez allí, nos encontramos con Walter Morales, líder de esta comunidad de 500 personas quien será nuestro guía en este denso bosque con árboles de más de 10 metros de altura.El líder nos lleva a la Maloca, una casa tradicional hecha de barro y paja. Es una tradición de los pueblos indígenas de Colombia. Sirve para las reuniones familiares y sociales, pero también para los rituales de la comunidad indígena. El líder quiere mostrarnos el sitio de producción de frutas y verduras que se encuentra cerca. "Esta es una nueva chagra (Ndr: terreno de cultivo), nos dice. Las marcas del fuego aún son visibles. ¿Por qué se quema el bosque? Si te fijas bien, verás que las llamas se han detenido en un lugar concreto. No arrasaron la selva. Se trata de una antigua técnica para controlar el fuego. El fuego genera cenizas y éstas hacen fértil la tierra. Por eso quemamos el bosque. No se quema sin motivo", afirma.Morales quema entonces el bosque por necesidad, para alimentar a su comunidad. Y es consciente de su importancia, así como de sus tesoros ocultos. "Este es el llamado árbol 'Demuri', nos explica. Produce frutos comestibles de color amarillo. Pero aún no es tiempo de cosecha. Pero como pueden ver, algunos ya están dando frutos. Pero además funcionan como medicamento. Quitamos la corteza y extraemos el zumo con un paño. Hacemos unos conjuros y luego mezclamos seis gotas con agua. Se convierte en un medicamento que damos a los niños cuando tienen tos.”La esposa de Walter, Kasia Morales Soria también trabaja la tierra y busca frutas para colorear sus hilos de chambira, una palmera de la Amazonía que hace secar para luego tejer y fabricar productos artesanales. Esta madre de 40 años defiende firmemente su modo de vida y se niega a que se señale con el dedo a su familia. "Todos los árboles junto al río son cedros que utilizamos para hacer carpintería y muebles. Tengo un espacio reservado para madera que puedo utilizar para la casa o para otra cosa. No desperdiciamos nada. Reutilizamos todo. Pero es cierto que hay indígenas que talan árboles para vender la madera. No es nuestro caso. Es un espacio vital que se transmite de generación en generación. Fue mi abuelo quien me enseñó a proteger el bosque.”Al vender sus artesanías, Kasia mejora la calidad de vida de su familia. Camina por todas partes con su ovillo de hilo y sus agujas. Y discute mientras confecciona bolsos, posavasos o monederos. "Plantamos árboles para uso propio porque ahora está prohibido cortarlos para venderlos. Pero es cierto que antes teníamos que hacerlo para sobrevivir. Nadie sabía lo malo que era y ahora somos más conscientes. Plantamos más y más árboles. Es una obligación porque estos árboles nos sirven para todo: muebles, casa, medicinas. Es una fuente inagotable si se replanta con regularidad.”Cuando no trabajan sus propias tierras o fabrican artesanías, Walter y Kasia Morales participan en los programas de reforestación que pueden realizarse incluso alrededor de su casa.En la mañana de nuestra visita, bajo un sol y calor sofocantes, unos quince miembros de la comunidad Muruy se despliegan en el terreno del batallón del ejército de Leticia. Bajo la mirada de las autoridades locales y con la ayuda de los soldados, plantan una decena de árboles. Este programa de reforestación está organizado por Corpoamazonia, una organización estatal cuyo objetivo es proteger la naturaleza amazónica y concientizar a sus habitantes de la importancia de preservar el medio ambiente. Juan Carlos Bernal Leal es miembro de la dirección territorial Corpoamazonia y explica existen varios programas de incentivo financiero. "El principio de los ‘pagos por servicios ambientales’ es pagar a una persona a cambio de la protección y conservación de su tierra. Pero esto no impide que se exploten los recursos de ese bosque de forma sostenible y responsable en una zona delimitada. Se trata de utilizar la madera de forma sostenible, pero también todos los demás elementos: frutos, resina, fibras y hojas. El propietario puede venderlos si es necesario y así gana dinero por proteger el bosque y también por utilizarlo de forma razonable y sostenible.”Gran parte de las tierras de la selva amazónica pertenecen a los pueblos indígenas. Por esta razón el presidente colombiano Gustavo Petro propone incluirlos en el proceso de reforestación nombrándoles ‘guardianes’ oficiales de la selva. Este tipo de programa ya se utiliza en varias regiones de la Amazonía colombiana."Es un programa que existe desde hace años, explica Bernal Leal a RFI en español. El Ministerio lo estableció desde 1993. Está siendo aplicado en las regiones de Caquetá y Putumayo, donde muchas familias ya se están beneficiando de este programa. Y otra pequeña parte también recibe préstamos medioambientales.Este programa de ‘pagos por servicios ambientales’ es una de las razones que empujan al gobierno de Petro hacia la creación de un fondo internacional de emergencia para salvar la selva amazónica. El Jefe de Estado quiere recaudar alrededor de 1.000 millones de dólares anuales, durante 20 años, para llevar a cabo su proyecto. Es un proyecto que defendió ante la ONU en dos ocasiones: durante la última Asamblea General, en Nueva York, y en la Conferencia climática COP27 de Sharm el Sheij, en Egipto. En espera de la creación del fondo, el jefe del Ejecutivo tiene previsto iniciar el proceso con sus propios medios.Los agricultores de Leticia también serían incluidos.A unos 40 minutos en autobús de la comunidad indígena, cerca de la frontera con Brasil, trabaja una agricultora, Tráncito Rodríguez. Recoge las riestras de cebollas para venderlas en el mercado de Leticia. "Las vendemos en el puerto y con eso sobrevivimos y se alimenta la familia.” Cada riestra de 16 cebollas se vende al equivalente de 0,80 centavos de euro. Esta mujer, descendiente de los pueblos indígenas, cuenta que tuvo que huir hace 18 años de Caquetá, su región natal, a causa de la deforestación. "Dicen que los indígenas son la causa de la deforestación, pero no es cierto. Son personas que vienen de otras ciudades con la idea de explotar el bosque a gran escala y de manera ilegal. Se instalan en las comunidades, se hacen pasar indígenas y así nos terminan acusando de las quemas.” La muerte de su suegro y las amenazas contra sus hijos le hicieron huir hacia Leticia. Hoy trabaja en una asociación llamada "Mujeres triunfadoras tejiendo vida" donde junto a casi 40 mujeres madres de familia producen frutas y verduras en el corazón de la selva amazónica. "Los responsables de la deforestación son los grandes empresarios y los grupos ilegales, explica Rodriguez. Los que se dedican a la ganadería, la minería ilegal. Cuando se instalan en el territorio de los pueblos indígenas de la Amazonía, se aprovechan de su pobreza y los hacen trabajar. Y si intentas parar la máquina, te excluyen. Como me pasó a mí. Luché contra la minería en mi tierra durante mucho tiempo. Luché para que no vinieran los guerrilleros y también para que no se llevaran a mis hijos. Como resultado, tuve que huir.”En la Universidad Nacional de Leticia, el discurso de los expertos se acerca al de Tráncito Rodríguez. El mismo lugar donde se estableció la institución forma parte de los lugares destruidos por la deforestación para la cría de ganado, que luego fueron protegidos. Hooz Angela Chaparro Mendivelso, bióloga y profesora de la Universidad Nacional de Colombia dice a RFI que "el campus es el resultado de la llamada ‘restauración pasiva’. En más de tres décadas, la naturaleza ha hecho el trabajo por sí misma y la vegetación volvió a crecer en un claro ejemplo de lo que podría ocurrirle a la selva amazónica si no la explotamos más. En cuanto dejas de destruir el bosque, se regenera.”Este trabajo de restauración pasiva comenzó en 1997 y según la biología se necesitan 30 años para reforestar una zona que ha sido talada. Chaparro dice estar a favor del plan de rescate propuesto por el gobierno, pero no del todo convencida de su eficacia. Lo más inquietante es el poder de los grupos ilegales. "Este programa de compensación económica será un comienzo, admite. Pagar a los campesinos, a los pueblos indígenas, no va a detener la deforestación. En realidad, los responsables de la deforestación a gran escala son otras personas. Y es con ellos con quienes el Estado debe entablar negociaciones para frenar la deforestación a gran escala.”Para salvar la Amazonía, el presidente Gustavo Petro busca una alianza con los países vecinos. Desde Bogotá se lo ve como un paso previo al apoyo de la comunidad internacional. Hay acercamiento con Venezuela, pero todas las miradas están puestas en el nuevo presidente brasileño, Lula da Silva. Tras su victoria, el principal donante para la protección de la selva amazónica, Noruega, anunció que reestablecerá su aporte de casi 500 millones de euros que habían sido congelados durante la gestión de Jair Bolsonaro.
    26.12.2022
  • La pesadilla de las migrantes guatemaltecas violadas en el camino hacia el ‘sueño americano’
    La migración en América Central encierra un drama que es tabú, el de las mujeres guatemaltecas que emigran a Estados Unidos y se preparan con anticonceptivos para una violación casi segura en el camino. RFI en español obtuvo testimonios de mujeres -y hombres- en los dos extremos de la travesía. Narran la crueldad de los coyotes y como, si regresan a sus pueblos, son estigmatizadas.    Un tema tabú en las comunidades indígenas es hablar de una violación y si la mujer emigró hacia Estados Unidos y sufrió abuso sexual, esto jamás se dirá. Todos lo saben, pero nadie habla de ello. Aunque el viaje implique que sean violadas, incluso asesinadas. Ellas se preparan, como cuando alguien va a la guerra, para sobrevivir a todo durante su trayecto hacia Estados Unidos.“Cuando yo quise emprender mi viaje hacia Estados Unidos claro que tenía miedo. Tenía dudas de que alguien pudiera abusar de mí”. Luego de una búsqueda que parecía imposible, encontramos el relato de una mujer joven indígena, quien aceptó contarnos de manera anónima su desgarradora experiencia durante su trayecto hacia el norte.Una angustia permanente“Decidí salir de Guatemala para viajar a Estados Unidos porque quería lograr mi sueño americano. En Guatemala, aunque uno se gradúe de nivel medio, no se consigue trabajo, entonces para el sustento de la vida uno tiene que tomar decisiones de vida o muerte”, empieza contando.“Durante el viaje fui abusada por un coyote cuando entré en la bodega. Me preguntó si quería ingresar a Estados Unidos, entonces me agarró y me jaló a una parte oscura donde me dejaron solita. Todos los compañeros salieron para que ellos cumplieran todo lo que querían de mí. Me dejé y después de eso me ayudaron un poquito, pero tuve que pagarles”, prosigue la joven. Este relato se compara al de muchas mujeres migrantes indígenas guatemaltecas, que ahora viven en Estados Unidos, y al de muchas otras, que ya no pueden contarlo porque fallecieron quemadas, violadas o asfixiadas. Cuando salen de su comunidad, su angustia y sufrimiento de ser violadas es permanente en todo el camino.“Olvidé lo que había pasado”La recopilación de datos en la actualidad es débil por la falta de denuncias, pero dentro del informe de gobierno 2021, el presidente Alejandro Giammattei aseguró que el 80% de las mujeres que buscan llegar a Estados Unidos son violadas en el camino. Pero esta información fue verificada por el medio digital Ocote, quien desmintió los datos del mandatario. Las migrantes sobrevivientes de abuso sexual siguen sin tener un lugar donde denunciar lo que viven en el camino y los únicos que están pendientes de ellas, son sus familiares. “Cuando entré a Estados Unidos, estaba satisfecha por estar viva. Mi familia no sabía nada de mí, si estaba viva o muerta y conforme fue pasando el tiempo me encontré con compañeros que ya estaban entrando a Estados Unidos. Ellos me animaron y olvidé lo que había pasado”, sigue contando la mujer.Y concluye: “Ahora estoy trabajando en un restaurante, ganando el dinero que quería porque en Guatemala no lo había logrado. Me siento satisfecha con lo que hago ahora y cuando regrese a Guatemala ya no voy a vivir con escasos recursos; voy a lograr lo que había soñado cuando era niña, que tenía un sueño en el que veía personas exitosas. Entonces me dije que quería hacerlo… y lo voy a hacer”.Prepararse para recuperarse mejorMargarita Girón, una psicóloga experta en mujeres sobrevivientes de abuso sexual, explica a RFI que “una violación es parte de los riesgos. Hay encuestas que han determinado que uno de los mayores miedos de las mujeres es vivir una violación y, de alguna manera, todas las mujeres nos lo planteamos”.“Entonces”, agrega, “cuando una mujer sabe que corre ese riesgo, puede prevenir un embarazo, puede llevar medicamentos para tratar alguna infección de transmisión sexual y así sentirse más tranquila. Podrá recuperarse mejor que alguien que está totalmente desprevenida, una persona que no lo había pensado y no tomó ninguna medida de seguridad. Considero que va a tener una respuesta psicológica de mayor estrés que una que sí se preparó”.Pero la psicóloga subraya que “esto no quiere decir que, si una se prepara no afecta, o que sea incorrecto prepararse. Creo que una persona que conoce su contexto y toma medidas para minimizar el impacto de una posible agresión pues va a tener más posibilidades de recuperarse y tener más control sobre su vida”.Yodo para inhibir el deseo sexualOtro joven de 23 años, originario de Comitancillo, en el departamento suroccidental de San Marcos, y quien logró llegar a Estados Unidos, cuenta a RFI que “tal vez uno nunca se imagina que puede ser violado en el transcurso del camino, tal vez se escucha, pero primeramente uno va con la mentalidad de que logrará llegar y que no pasará nada”.“Ya llegando en el último grupo, los que eran encargados de la bodega agarraron a las mujeres para hacer la comida y alimentar a una parte del grupo y recuerdo que ellos recorrían la bodega y le decían a mi compañera que se juntara con él y que él haría lo posible para darle los papeles de Estados Unidos, pero esos sólo son engaños. Lo dicen para aprovecharse de nuestra pobre gente”, recuerda el joven.Para los coyotes se ha vuelto un requisito que las mujeres se preparen utilizando algún método anticonceptivo, para no dejarlas embarazadas durante el trayecto. “Yo escuchaba a mis compañeras que decían que el coyote les hablaba de que se inyectaran para no tener hijos y aparte de eso en el transcurso del camino llegando de bodega en bodega, la comida tenía algo como que apestaba, preguntamos y nos dijeron que la comida tenía yodo, para que ni el hombre o la mujer tenga deseo sexual”, narra el hombre.El yodo, si se consume en dosis elevadas, provoca ardor en la boca, la garganta y el estómago, fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, pulso débil y coma, pero según los guías o coyotes, esto inhibe el deseo sexual.“Retornan en peores condiciones”Según Margarita Girón, es aún más difícil para los hombres: “Los hombres regularmente tienen mayor dificultad a soportar este tipo de cuestiones, principalmente por la cultura en que vivimos, donde la masculinidad va asociada a veces a ser dominante o incluso a ser violento. Para ellos es más difícil hablarlo. No buscan ayuda y es muy raro que alguno de ellos la busque”.La asociación Pop Noj lleva 17 años acompañando adolescentes y niños indígenas no acompañados que deciden viajar a Estados Unidos, o que han retornado a su comunidad. “Al momento de retornar a sus comunidades la ven mal, como que no regresó ‘bien’. Si es una señorita, tendrá dificultad para salir y conversar con la gente. No la ven con ojos de virginidad y es que la castidad acá la ven de otra forma. Desde el momento en que regresan a sus comunidades, se produce cierto rechazo, como si fuera una mujer sucia”, explica Delia Catú, una de las responsables de la asociación.La organización tiene información de casos de adolescentes y mujeres que han quedado embarazadas producto de esas violaciones. Para Delia, es importante que las menores que van a migrar tengan información previa de cómo hacerlo y estén protegidas para evitar embarazos o enfermedades de transmisión sexual.“Las adolescentes jóvenes mayas presentan dificultades físicas y emocionales entre las que se mencionan: dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, infecciones urinarias porque han tenido algún contacto sexual, síntomas somáticos, estrés postraumático, depresión, ansiedad, ideas suicidas, falta de concentración, baja autoestima, desconfianza, angustia y enojo constante, preocupación por la deuda adquirida con el viaje y dificultad para establecer un plan de vida.  El proceso de retorno y reintegración comunitaria es difícil especialmente por la falta de seguimiento de casos por parte del Estado y gobiernos locales. Retornan en peores condiciones de las que se fueron”, denuncia.Mónica Aguilón, comunicadora local indígena de Comitancillo, San Marcos, explica incluso cómo las mujeres se esconden si regresan: “Recientemente vi a una hermana retornar y lo que ella hizo fue encerrarse. No volvió a salir hasta que le programaron el segundo intento de viaje, ya para encaminarse nuevamente hacia Estados Unidos.(…) Hay compañeras y hermanas que fueron violadas, mi percepción respecto a esto es que no es justo, lamentablemente el gobierno central del país no ve esta situación”.Pocas denunciasRFI solicitó información a la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET) sobre cuántas mujeres y hombres migrantes han reportado abuso sexual durante su viaje hacia Estados unidos. La respuesta fue “en la SVET no se establece el registro y/o seguimiento de denuncias por delitos”.Desde el 1 de julio del 2019 la SVET abrió el Albergue Temporal Especializado para la Atención de Mujeres Adultas Migrantes, el cual brinda apoyo psicológico y de trabajo social a mujeres víctimas del delito de trata de personas. Según información de la entidad, se reportan ocho personas albergadas víctimas del delito de violación sexual, en el período de enero a julio del 2022. En cambio, el Ministerio de Relaciones Exteriores reporta un número de 22 repatriaciones de víctimas de trata de personas de enero a agosto del 2022. Durante ese mismo período también se estima que 41.000 migrantes han sido retornados a Guatemala desde diferentes países.Tanto hombres como mujeres, por lo general, no buscan ayuda por la forma en que funciona el sistema de justicia de Guatemala. En el caso de la niñez, en especial de la niñez no acompañada, las posibilidades de sufrir diferentes tipos de agresiones aumentan y la denuncia y búsqueda de atención se vuelven más complicadas. En todo caso, puede darse un peor escenario a nivel de salud mental, cuando la víctima pone su denuncia, por lo desgastante que puede resultar el proceso.
    8.11.2022

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